POESIAS

CUANDO PREPARAMOS EL DOSSIER PARA PRESENTARNOS A LAS INSTITUCIONES, FAMILIARES Y VECINOS EN GENERAL, CONTAMOS CON DOS POESÍAS QUE DABAN FE DE LOS SENTIMIENTOS QUE ESTE MEMORIAL NOS GENERA. NOS HAN  MANDADO ALGUNA MAS, QUE TAMBIEN PONEMOS Y SI ALGUIEN QUIERE DEJAR AQUÍ SU TEXTO, MAS O MENOS POÉTICO, NOS ENCANTARA COMPARTIRLO.


     Los arrebataron de sus camas calientes, 
del arado áspero y sudoroso,
 De la risas y cantos del frontón.
     Les arrancaron de la tiza polvorienta
 que enseñaba letras y números
 a unos ojos   grandes 
a esas naricillas húmedas.
      Y aquí tan cerca de nuestras camas, 
de nuestros arados, 
de nuestras risas y cantos, 
delante de nuestras naricillas húmedas
 y asustadas les segaron las vidas,
       Les quitaron el pan
 les callaron sus cantos y risas, 
       Les arrancaron de unos brazos acogedores 
regando nuestras tierras de sangre roja.....
 Espesa
        Al paso de los años...
de demasiados años,
no queda más que unas falanges  
apretando una raída foto...de esos brazos.
              
    Queda un apretado esparto
 de esas zapatillas que danzaban......
en nuestros frontones
    Un botón cariñosamente cosido
 en nuestros hogares
      Una bota dura y reseca...
.por nuestros campos
       Una pequeña planta acunada 
por el polvo de aquella tiza
  y regada por esa sangre roja
 derramada por nuestra gente.
        Esa planta serpentea hacia el cielo
 desplegando flores de hojas verdes,
 rojas   como nuestras risas y cantos,
 blancas como esos brazos
        Pétalos siempre rojos de nuestro trabajo, 
de nuestra solidaridad.

         Pétalos rojos, amarillos y morados 
de nuestras escuelas, de nuestros maestros.
TOÑO ESPARZA


                                 “Nosotros que todo lo perdimos,
                        No tuvimos nada más que la memoria,
                        Los recuerdos tejidos hilo a hilo,
                        Tapiz inacabado y doloroso legado a nuestros hijos,
                        Para que nuestros nombres no se borren del todo
                        De una historia empeñada en no nombrarnos”
(Marisa Peña )

Exhumaciones
Qué busco entre malezas
qué espero paciente
al remover las tierras
Algunos huesos sellan
la verdad del testimonio
Una bota,una hebilla, unas monedas
la pequeña señal
la palabra que vuelve
la memoria aldeana
resguardada por lustros
Qué busco
Desamordazar la voz
grito de vida

Memoria 2017

Undiano, Astrain, Arantza,
Iruña, Gares, Erriberri, Galar
Saragueta del Valle de Arce, Oltza
Larraga, Mendavia, Allo,
Lodosa, Carcar, Pitillas,
 Peralta
Justicia y verdad tardías
pero a tiempo
por el resto que nos queda
No quedarán sin voz
los silenciados
Sabrán
las hijas de las hijas
los hijos de los hijos
Y vencerá la vida

CROMLECH / HARRESPILA

El menhir,centro, faro,
convoca en la distancia. Es un grito
que enraíza en la tierra y en la sangre.
En derredor los muertos y los vivos
enrraziman en circulo sagrado
acotando dolores enterrados
de madrugada. 
Noche que resiste
al borde de las bocas
allí donde el Perdón
fue solo una palabra mal nacida.

Sobre este circulo de muerte vamos
girando en un ritual que nos transforma,
con la carga del duelo en los talones
y la mirada en busca de horizontes
donde prenda la luz.

Y el cromlech en su circulo se expande,
abre una puerta al fondo de las sombras
y, a tientas, nos permite una salida
común y solidaria. Paso a paso
la luz enciende nombres y apellidos
y tiene rostro el pétreo perfil
de la memoria.

                                                                               Koldo Pla


    Poemas para la Memoria (V) las mujeres de los rojos  Aurora: Consuelo Ruiz


Quisiera escribir un himno
a un pobre racimo humano:
las mujeres de los rojos
que en España nos quedamos,
para las que no hubo escape,
Para las que no hubo barco.
Las que nos quedamos solas
con sus niños en los brazos.
Sin más sostén ni más fuerza
que el que daba el estrecharlos
como prendas de un amor
contra nuestros pechos flácidos.
Todos perdimos la guerra,
todos fuimos humillados.
Pero para las mujeres
el trance fue aún más amargo.
Largas colas en Porlier
con nuestros pobres capachos.
Caminatas bajo el sol
con los pies semi descalzos.
Caminatas sobre el hielo
tiritando en los harapos.
Largas, duras caminatas
en busca de algún trabajo.
Cansancio y humillación
si lograbas encontrarlo.
Y si no lo conseguías,
humillación y cansancio.
por el pan de nuestros hijos,
siempre un combate diario.
¡Esos días siempre solas,
esos días largos, largos,
que fueron semanas, meses,
que duraron tanto, tanto,
que entre dolor y entre lágrimas,
se convirtieron en años!
Nuestros hombres en la cárcel,
nuestros hombres exiliados,
nuestros hombres cada día
cayendo como rebaños
en manos de furia ciega
de matarifes fanáticos.
Y las mujeres seguimos,
a nuestro modo luchando
y esa guerra, sólo nuestra
Esa guerra la ganamos.



Los hijos de nuestros hombres
Quedaron en nuestras manos
Y supimos inculcarles
un culto casi sagrado
Por los nuestros, los ausentes,
los padres que les faltaron.
Se los pusimos de ejemplo
porque siguieran sus pasos
y logramos convencerles
de que eran buenos y honrados,
aunque en la calle, en la escuela,
les dijeron lo contrario.
Éramos pobres mujeres
y supimos elevarnos
sobre el dolor, sobre el miedo,
sobre el hambre y el fracaso.
Y criamos nuestros hijos
dignos de sus padres, bravos,
serios, dignos, responsables.
Los íbamos cultivando
pilares para un futuro
que aún parecía lejano
y en el que siempre creímos
con los puños apretados.
Quisiera escribir un himno,
grande, estupendo, fantástico,
de pobres mujeres débiles
con heroísmos callados,
de esfuerzos y sufrimientos
que eran el vivir diario
Y, a pesar de ello supieron,
con un esfuerzo titánico
ir manteniendo la llama
de amor al padre lejano,
al padre que estaba preso
o al que habían fusilado.
Yo quisiera a voz en grito
poder entonar un cántico
Que dijera todo eso,
que bastante hemos callado.
Las mujeres de los rojos
que en España nos quedamos
creemos tener, al menos,
el derecho de contarlo.






Comentarios